La integración regional enfrenta un momento de singulares definiciones. La Ronda de Doha atraviesa por serias dificultades, en tanto que se acentúa la coexistencia de acuerdos bilaterales de comercio con socios de dentro y fuera de la región, lo que obliga a reforzar la consistencia entre los diversos planos de la política comercial: multilateral, hemisférico, subregional, bilateral y unilateral. La multiplicidad de ámbitos de negociación, así como la gran cantidad de decisiones que es necesario ir adoptando en esos diversos planos, exigen un claro consenso interno tanto con respecto a las prioridades de la inserción internacional, como a la coherencia que es preciso mantener entre las diversas políticas públicas que conforman la dimensión internacional. La negociación entre el Mercosur y la Unión Europea no pudo concluir en el año 2004 como estaba previsto y, al parecer, habrá que esperar el fin de la Ronda de Doha para recuperar su impulso político. No obstante, en noviembre del presente año, los negociadores de ambos grupos de países acordaron reiniciar las conversaciones. En el Mercosur en el año 2005 se iniciaron negociaciones de libre comercio con México, Marruecos y el Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), y se encuentran vigentes acuerdos de alcance parcial con India y con la Unión Aduanera de África Meridional (SACU). Asimismo, concluyeron las negociaciones de libre comercio entre la Comunidad Andina y el Mercosur y el acuerdo ya se encuentra en vigor. A inicios de julio del 2005, los países del Mercosur se transformaron en miembros asociados de la CAN, trato al que Chile debiera acceder en los próximos meses. A su vez, se están desarrollando negociaciones entre la CAN y El Salvador, Guatemala y Honduras, mientras que tres de sus países miembros —Colombia, Ecuador y Perú— negocian un tratado de libre comercio con los Estados Unidos. También existen negociaciones comerciales de la CARICOM con Canadá y la Unión Europea y, según se indicó, la Comunidad del Caribe espera iniciar negociaciones con el Mercosur, probablemente en el transcurso de 2006.
Anteriormente, veíamos que la densidad del comercio intrarregional es baja en todos los esquemas de integración subregional y ello puede obedecer a múltiples razones, tales como insuficiencias en infraestructura, tamaño económico de los socios en relación con el del bloque y orientación exportadora concentrada en productos básicos (commodities), que se dirigen en mayor proporción a economías industrializadas u otras. Pero probablemente entre las más decisivas se encuentran, por una parte, la debilidad del marco institucional que alberga a los esfuerzos de integración, incluidos los mecanismos de solución de controversias y, por otra, la ausencia de mecanismos de coordinación macroeconómica que contribuyan a evitar turbulencias (shocks) macroeconómicas de magnitud. Cuando han acontecido crisis considerables, su impacto sobre los flujos de comercio intragrupo ha sido no solo demoledor, sino que además ha generado una histéresis de la que cuesta mucho recuperarse, como lo testimonian las cifras del comercio regional después de la crisis de la deuda externa y tras la crisis asiática, con su correlato subregional de las crisis macroeconómicas de Brasil y luego de Argentina. El principal tema a abordar en los esquemas de integración subregional es el de la certidumbre jurídica para las decisiones de los exportadores, importadores e inversionistas. Ello supone avanzar resueltamente en la incorporación de las decisiones comunitarias a la legislación interna y en su cumplimiento, y que de aquí en adelante solo se aprueben decisiones comunitarias realistas, es decir, que efectivamente puedan incorporarse en la legislación doméstica. Asimismo, los mecanismos de solución de controversias deben ser cada vez más vinculantes, lo que demanda un serio compromiso político de los países miembros —incluidos gobiernos y congresos— en orden a acatar los fallos de los órganos que arbitran las diferencias comerciales entre los socios comunitarios.
1. Fortalecer la institucionalidad
La región requiere urgentemente abordar el déficit de su institucionalidad integracionista. Lo primero es que se cumplan aquellos acuerdos que llevan años de haber sido suscritos. Esto significa que las uniones aduaneras funcionen como tales; que las preferencias concordadas se respeten; que se avance en normativas comunes y, fundamentalmente, que se fortalezcan los mecanismos de solución de controversias. En definitiva, se trata de dotar de mayor certidumbre jurídica a todas las decisiones de los agentes económicos que se relacionan con los esquemas de integración subregional.
2. Armonizar disciplinas
Una vez que las normativas concordadas se cumplan, el paso natural es ir ampliando el universo de los socios comprometidos con su cumplimiento. En tal sentido, un factor subestimado de competitividad regional radica en la gradual armonización de las diversas reglas y disciplinas contempladas en los diversos esquemas de integración subregional. Es conocido el hecho de que la multiplicidad de normas de origen y su mayor grado de complejidad involucran trabas para el sector empresarial, agregando costos administrativos y de transacción que distorsionan las decisiones económicas. Al respecto, un tema novedoso en el Tratado de Libre Comercio entre República Dominicana, Centroamérica y los Estados Unidos (RD-CAFTA) es la posibilidad de “acumular normas de origen” en algunos rubros textiles, es decir, que los insumos que califican de conformidad con las normas de origen puedan provenir de los cinco países firmantes de Centroamérica, República Dominicana o de Canadá, México o los Estados Unidos. En nuestra opinión, es una buena idea que debiera ampliarse al mayor número posible de bienes y también al mayor número de acuerdos. Origen, haciéndolas plurilaterales para el conjunto de países involucrados, lo que daría un estímulo notable al comercio intrarregional y a las decisiones de inversión. Asimismo, aquellos países de la región que cuentan con acuerdos comerciales con los Estados Unidos y que a la vez tienen acuerdos entre sí, también podrían avanzar de modo que sus reglas de origen fueran plurilaterales.
3. Coordinación macroeconómica
No es difícil ejemplificar con algunos episodios recientes las adversas consecuencias que el déficit de coordinación macroeconómica tiene sobre las perspectivas de los procesos de integración. El abandono de la política de bandas cambiarias por parte de Brasil en 1999, así como el derrumbe del plan argentino de convertibilidad en 2001-2002 y la imposición de un control de cambios en la República Bolivariana de Venezuela en 2003, son todos episodios que marcaron períodos de grandes turbulencias en los intercambios intrasubregionales. Desequilibrios macroeconómicos de semejante envergadura causan fracturas en los compromisos subregionales, más allá incluso de la voluntad política de los gobernantes, ya que se desencadenan lógicas que acentúan asimetrías latentes en el proceso de integración o que generan movimientos bruscos en los flujos de comercio, agudizando la situación de vulnerabilidad competitiva de rubros que pueden ser políticamente muy sensibles. El déficit de coordinación macroeconómica en la región debe ser entendido como el resultado de la ausencia de incentivos que induzcan la complementariedad e interdependencia entre los socios de una agrupación subregional y la coordinación macroeconómica propiamente tal. Ambas cuestiones han de ser pensadas como elementos complementarios y no como tareas secuenciales. La experiencia europea es precisamente un buen ejemplo de que la integración es un proceso iterativo, en el que la expansión del comercio, por una parte, y la suscripción de acuerdos que limitan la variabilidad cambiaria, por otra, hicieron posibles soluciones cooperativas (BID, 2002; Machinea, 2003). Al ser la coordinación una necesidad vital para el desarrollo de la integración regional, cabe argumentar la posibilidad de generación de incentivos “exógenos”, como los que tuvo la integración europea con el sistema de cambios fijos heredado de Bretton Woods.
4. Mejorar la infraestructura
El desafío en infraestructura es permanente con respecto a cualquier esfuerzo de integración, así como en la construcción de competitividad. Actualmente, son tres las iniciativas vigentes en esta área: el Plan Puebla Panamá (PPP)5 en Centroamérica; la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional de Sudamérica (IIRSA) en América del Sur; y el programa “Uniendo el Caribe por aire y mar” entre los países del Caribe (véanse CEPAL, 2003c, 2004 y 2004b). Los resultados, al parecer, tardarán algún tiempo en concretarse. En el caso de la IIRSA (véase el recuadro 1), ya se han escogido 32 proyectos prioritarios pero aún está pendiente su financiamiento. En el caso del PPP, los avances serían un tanto más sustanciales, al contarse ya con financiamiento asegurado de más del 60% de la inversión requerida —4.321 millones de dólares. Por su parte, los avances entre los países del Caribe se han concentrado en la cooperación en programas de capacitación y recopilación de información, a fin de transparentar la competencia de las operaciones portuarias de empresas navieras y transportes en general.
LA INICIATIVA PARALA INTEGRACIÓN DELA INFRAESTRUCTURA REGIONAL EN SUR AMÉRICA (IIRSA)
alentar el desarrollo de la infraestructura regional en los sectores vinculados con el transporte, la energía y las telecomunicaciones, reconociendo que la iniciativa se ha de aplicar en un entorno multidisciplinario que abarca aspectos económicos, jurídicos, políticos, sociales, culturales, ambientales y otros. La IIRSA contempla mecanismos de coordinación entre los gobiernos, las instituciones financieras multilaterales y el sector privado, con miras a combinar la visión política y estratégica de América del sur, concretar los planes y programas de inversión y jerarquizar los ejes de integración y desarrollo, así como los proyectos específicos de cada uno de éstos. La iniciativa tiene un horizonte inicial de 10 años, habiéndose identificado 10 ejes principales (véase www.iirsa.org) En la Tercera Reunión de Presidentes Sudamericanos, en diciembre de 2004, se escogieron 32 proyectos con un costo aproximado que alcanza a 4.200 millones de dólares, para los cuales actualmente se está buscando financiamiento multilateral.
En 2005, el alza de los flujos comerciales, que ya se registró durante 2003 y 2004, se mantuvo por tercer año consecutivo, alcanzando prácticamente a las exportaciones de todos los miembros del grupo, recuperándose del mal bienio 2001-2002.6 A partir del tercer trimestre de 2002, los flujos de comercio recíproco han aumentado en forma continuada, aunque sin recuperar todavía su nivel más alto en el tercer trimestre de 1998 (véase el gráfico 4). Comparado con años anteriores, el comercio intrasubregional como proporción del comercio total del grupo y de cada país, si bien experimento un alza hasta llegar a niveles de 13,4%, dicho aumento no ha sido suficiente para recuperar el mayor peso relativo que el comercio intrasubregional tenía a mediados de los noventa y 2000, cuando superó el 20%. Parte de la explicación de este hecho obedece a que junto con la mayor expansión del comercio intrasubregional, también se produjo el alza del comercio hacia terceros mercados.
El principal avance en este período fue la entrada en vigor del Protocolo de Olivos, firmado en 2002. El Consejo del Mercado Común (CMC) designó a los juristas que conformarán el Tribunal Permanente de Revisión (TPR) del Mercosur, lo que permitió poner dicho ente en funcionamiento, dando paso a un nuevo sistema de solución de controversias (INTAL, 2004a - No96). Posteriormente, el CMC aprobó la Decisión 30/04 que determina las Reglas Modelo de Procedimiento para el Tribunal Arbitral Ad Hoc (TAAH) del Mercosur (Secretaría del Mercosur, 2004b). Los órganos con capacidad de decisión del Mercosur, hasta julio de 2004, produjeron 1112 reglas jurídicas, de la cuales 560 están en vigor, o sea apenas alrededor de un 50,4%, y específicamente un 69% si se cuentan aquellas que necesitan incorporarse (véase el cuadro 8). Al desagregar el número de normas que necesitan incorporación por órgano, aparece que las normas menos incorporadas son las resoluciones del Grupo del Mercado Común (GMC), que a su vez son más del 60% del total de la normativa a incorporar.
LAS TRANSFORMACIONES PRODUCTIVAS
Fuente: CEPAL, División de Comercio Internacional e Integración, sobre la base de: (INTAL, 2004a), (Sanguinetti, Traistaru y Volpe, 2004), y (Porta, 2004). Según la profundidad que haya alcanzado el proceso de integración, los países experimentan mayores o menores cambios productivos. Mientras menos profunda es la integración, los países menores menos se benefician de ampliaciones meramente teóricas del mercado conjunto. En los años 90 la integración trajo consigo cambios que afectaron negativamente a los países de menor desarrollo relativo, que perdieron líneas de producción industrial. Así, en el periodo 1971-98 se produjeron diversas transformaciones en la distribución de la producción entre los países del Mercosur, especialmente en la especialización y concentración de actividades manufactureras. Entre las industrias en expansión en Argentina y Brasil están las de capital y escala intensiva (equipos de transporte, hierro y acero); para Brasil, químicos industriales y maquinaria eléctrica, Entre las que declinaron están las industrias que utilizan intensamente fuerza de trabajo, como son los casos de los textiles y el calzado, en Brasil. En Paraguay y Uruguay la expansión se dio en las industrias basadas en recursos naturales, como madera, bebidas, alimentos, cuero (Paraguay) y, refinación de petróleo, alimentos y tabaco (Uruguay), En Paraguay y en Uruguay declinaron las industrias de capital y de escala intensiva, como equipos de transporte y químicos industriales (Uruguay) y maquinaria no eléctrica (Paraguay) en términos relativos. En el caso del Paraguay, la industria de bienes de capital siempre fue poco significativa en el total industrial, y comparativamente Uruguay aparece como un país más abierto y especializado.
Durante el bienio 2004-2005, los países continuaron las discusiones y trabajos encaminados a conseguir la plena vigencia del AEC. Así, al interior del GMC se analizó el contenido de un régimen común para bienes de capital, informática y telecomunicaciones no producidos en la subregión. Uruguay, con el apoyo de Paraguay, sostuvo la tesis de que dado que un propósito fundamental del Mercosur es el desarrollo de sus economías, preservando y potenciando equilibradamente la competitividad; la plena vigencia del AEC debe tener en cuenta tanto las distorsiones que las políticas públicas provocan como el efecto de la insuficiente coordinación macroeconómica en la estabilidad de los flujos económicos. Los trabajos del grupo de Alto Nivel, creado en 2001 para formular una propuesta sobre consistencia y dispersión del AEC sufrieron nuevas prórrogas; las excepciones continuaron vigentes. Como avances se mencionan: a) La aprobación del Régimen de bienes de capital no producidos en la subregión (Decisión 34/03; y b) la eliminación del doble cobro del AEC (Decisión 50/04) y su reglamentación (Decisión 54/0415 y 37/05). No obstante haberse dictado las normas antes señaladas, los avances son insuficientes, ya que la subregión no cuenta todavía con un Código Aduanero unificado, y los países acordaron la prórroga de todos los regímenes especiales de importación hasta diciembre de 2007 (CMC, 2005). Las decisiones centrales hacia la aplicación de un AEC en la práctica todavía no se concretan. En la medida de que se han ido posponiendo una serie de importantes decisiones que afectan al AEC, especialmente las referidas a las excepciones a este instrumento central del proceso, no se le ha dotado de los recursos suficientes para que pudiera cumplir con sus objetivos. A los tratamientos específicos sobre los sectores productivos de bienes de capital, telecomunicaciones e informática, se agregan los que mantienen los países en sus listas nacionales de productos sensibles; los regímenes especiales para la industria automotriz16 y el mantenimiento de las preferencias negociadas con diferentes países en la ALADI.
2. Medidas sobre acceso a los mercados e integración física
En cuanto a comercio de servicios, las partes acordaron compromisos específicos a través de las decisiones 22/03 y 29/04, adoptadas por el CMC, las que deberán ser incorporadas a los ordenamientos jurídicos nacionales.17 Fueron avances en acceso a servicios, la aprobación de la Visa Mercosur, así como medidas de facilitación de las actividades empresariales y profesionales al interior del grupo. Digno de mención es la entrada en vigencia del Protocolo de Montevideo sobre el comercio de servicios. Los países han realizado compromisos específicos mediante seis rondas de negociaciones. Mediante la Decisión 01/04, el Consejo del Mercado Común aprobó el Régimen de Origen18 del Mercosur que establece un trato diferenciado en favor de Paraguay y Uruguay, al mismo tiempo que permite la acumulación de origen en el comercio intragrupo. En 2005, con el fin de hacer operativo dicho régimen, el Consejo de Comercio del Mercosur dictó directrices19 para reglamentar la acumulación de origen intramercosur y armonizar las prácticas de llenado del certificado de Origen MERCOSUR. El diagnóstico energético global y regional permite augurar que el petróleo continuará siendo la principal fuente de energía en los próximos 30 años; que sus precios continuarán siendo elevados, al menos en lo que resta de la década; que el gas natural gana presencia en la matriz energética internacional y que el carbón continuará siendo otra fuente energética muy relevante, si bien será necesario acompañar estas últimas inversiones con criterios ambientales cada vez más estrictos, tal como acontece en las economías industrializadas. Una mirada a las fuentes energéticas de América del Sur detecta abundante oferta petrolera (República Bolivariana de Venezuela, Colombia y Ecuador), de gas (República Bolivariana de Venezuela, Bolivia, Perú y Argentina), de carbón (Colombia y Chile), y potencial hidroeléctrico (Brasil, Paraguay, Uruguay, Ecuador, Chile, Colombia y República Bolivariana de Venezuela). En ese contexto, no podrían entenderse las crisis energéticas experimentadas por varios países en períodos recientes, a no ser por la ausencia de mecanismos que incentiven la interconectividad de las fuentes energéticas o de otros que doten de suficiente certidumbre jurídica a las inversiones necesarias. El debate sobre el “anillo energético” que surgió en la Cumbre de Asunción permitiría abordar esta debilidad, abriendo incluso perspectivas para que el subcontinente pueda actuar como actor relevante en la escena mundial, ya no solo como proveedor de petróleo sino también de gas natural.
Uno de los problemas más importantes que ha obstaculizado el avance de la integración del cono sur de la región es la falta de coordinación de políticas económicas. El trabajo práctico en esta materia es sumamente limitado, sobre todo por la enorme variabilidad del tipo de cambio que hizo casi imposible la convergencia real a fines de los noventa e inicios de los 2000 (Machinea, 2003; Machinea y Rizenwurcel, 2004: Fanelli, 2004). Además de reiterados reconocimientos por parte de diversos foros de la integración, fue recién en 2001 cuando se determinaron metas específicas y que empezaron los trabajos del Grupo de Monitoreo Macroeconómico y Metas, GMM, que entre sus tareas tenía la de armonizar las estadísticas económicas acordadas en Florianópolis 2000. Posteriormente, durante el primer semestre de 2003 se alcanzó el acuerdo del GMC para el tratamiento de las estadísticas fiscales de las empresas públicas de cada país; la propuesta de metodología común para el cálculo de la inflación; y, se continuó la discusión sobre la armonización de agregados monetarios. Durante 2005 el GMM, continuó el proceso de armonización de las variables macroeconómicas, detectándose divergencias a solucionar entre las estadísticas oficiales y las armonizadas (GMM, 2005).
2. Tratamiento de las Asimetrías y aspectos sociales
Las asimetrías en el Mercosur son significativas y operan en diversos ámbitos, así en tamaño, disponibilidad de recursos, políticas, capacitación de la fuerza de trabajo, dimensión del mercado, producción, competitividad y riqueza. En efecto, desde hace varias décadas la proporción que alcanzan Paraguay y Uruguay en el PIB conjunto del Mercosur es de apenas 3%. El Tratado de Asunción, definió al Mercosur como un esquema de integración profunda, sin destacar el tema de las asimetrías. La experiencia ha demostrado que ellas han influenciado el proceso, especialmente en la medida de que se iban adoptando normas de distinto tipo, de carácter común y que por tanto afectaban diferenciadamente a países que eran claramente asimétricos. Como consecuencia junto con tendencias hacia la desunión, ha existido cierta pérdida de eficacia en la formulación de normas y en las soluciones institucionales y de uso de recursos de la integración y de sus países. En julio de 2004 la Cumbre de Iguazú hizo un llamado a las instituciones integracionistas para avanzar rápidamente en el tema de las asimetrías, por haberse convertido en un obstáculo importante en contra de la profundización de la integración. En diciembre de 2004, el CMC dictó la Decisión 45/04 que creó el Fondo para la Convergencia Estructural del MERCOSUR (FOCEM), el mismo que se destinará a financiar cuatro programas: 1) La promoción de la convergencia estructural; 2) El desarrollo de la competitividad; 3) La promoción de la cohesión social, en particular de las economías menores y regiones menos desarrolladas; y 4) Apoyar el funcionamiento de la estructura institucional y el fortalecimiento del proceso de integración.
3. Aspectos Institucionales
Durante el bienio 2003-2004, el GMC elaboró el programa de trabajo del grupo hasta 2006, considerando las propuestas ya presentadas en el documento Objetivo 2006 (CEPAL, 2004). Adicionalmente se plantearon varios temas, como el Parlamento del Mercosur; regímenes especiales de importación; zonas francas; promoción de inversiones en subregión. Además Argentina, teniendo en cuenta el tema de las asimetrías, propuso establecer programas para el desarrollo regional y que la formulación de programas de desarrollo se haga desde una perspectiva regional. Los plazos previstos para el cumplimento de las metas del Programa de Trabajo llegaban hasta 2006.28 En diciembre de 2005, durante la XXIX Cumbre Presidencial se constató que el cumplimiento del programa de trabajo era aceptable, pero inferior al esperado, por lo que los Presidentes se comprometieron a renovar esfuerzos para el cumplimiento de los objetivos trazados. Los Presidentes puso la fecha para la conformación del Parlamento Común del Mercosur, el mismo que debería estar funcionando a más tardar a fines de 2006, con 18 representantes elegidos por voto universal en cada país. En una etapa posterior, y a partir de 2011, los legisladores del Mercosur serán elegidos en forma proporcional.
En el periodo 2004-2005 las actividades del Mercosur en sus relaciones externas fueron sumamente activas y entregaron importantes resultados. Aquellas que mostraron un mayor avance fueron las sostenidas con la Comunidad Andina de Naciones, a la vez que las mantenidas con la Unión Europea (UE) sufrieron nuevos retrasos, ya que no pudieron cerrarse en 2004 como era lo previsto. A diciembre de 2005, el porcentaje de exportaciones sujetas a acuerdos de libre comercio para el grupo fue de 24,6%, concentrado en acuerdos suscritos con países del sur del continente. Si, MERCOSUR alcanzara a concluir las negociaciones comerciales con la UE, el Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), los países de la CARICOM, y México, además de los acuerdos bilaterales ya suscritos, habría obtenido preferencias arancelarias para un 25% adicional de las exportaciones totales.
1. Comunidad Andina (CAN) 29
Culminando largas y complejas negociaciones, el 30 de abril de 2004 fue firmado el Tratado de Libre Comercio (TLC) entre el Mercosur y Colombia, Ecuador y Venezuela. Unido a los suscritos por esta agrupación con Bolivia, en 1996 y con Perú en 2003, da nacimiento a la integración del sur de América Latina. La nueva agrupación representa un mercado de 372 millones de personas, con un PIB de cerca de 1.183 billones de dólares. En diciembre de 2004 se depositaron en Montevideo, en la sede de la ALADI, los instrumentos que permiten entrar en vigor al Acuerdo de Complementación Económica (ACE) No 59, actualmente ya en vigencia, que protocoliza el mencionado TLC. Unido a los ACE 36 (Mercosur-Bolivia) y 58 (Mercosur-Perú). La finalidad de estos acuerdos es alcanzar la integración económica y física, incluso la libre circulación bienes y servicios y basará en convenir y aplicar políticas comunes ante organismos Multilaterales, de una activa convergencia comercial y económica de los dos esquemas, CAN y Mercosur. Dispone de un programa de liberación progresivo y automático que permitió que la liberalización de un 80% del universo arancelario. La desgravación total tomará, en general, plazos de 10 años para los países de la CAN, Paraguay y Uruguay, y de 6 para Argentina y Brasil. Los productos que constituyen el 20% restante, considerados “sensibles”, se liberarán en plazos de hasta 15 años, por lo que la liberalización definitiva sería alcanzada hacia el año 2018. Expresamente existe la prohibición de imponer restricciones no arancelarias. El Mercosur incluyó entre estos productos a los textiles y el papel, mientras Ecuador, Colombia y Venezuela, los agrícolas, como el trigo y la soya, y automóviles. Hay cláusulas en favor de los países menores, que consideran mayores plazos de desgravación.
2. Unión Europea (UE)
La negociación con la UE es la más amplia entre las que lleva adelante el Mercosur. Se basa en el Acuerdo Interregional de Cooperación suscrito en 1999 y deberá considerar numerosas materias, entre las que se encuentran incluso las referidas a ciencia y tecnología. Persiguen llegar a convenir un acuerdo de asociación y hasta el presente se han realizado más de 10 rondas de negociación. Las negociaciones entre los dos grupos para alcanzar un acuerdo de asociación no han resultado fáciles. Durante varias jornadas de negociación sin alcanzar acuerdo, ha quedado claro que uno de los impedimentos mayores, a juicio de la UE, ha sido la falta de perfeccionamiento de los mecanismos de integración del Mercosur, tanto aquellos que tratan de compensar las asimetrías existentes como los que contribuyen a dificultar la libre circulación de mercancías en el grupo, afectando sus posibilidades de exportación de productos industriales. La UE consideró insuficiente la oferta del Mercosur en materia de servicios, compras gubernamentales y bienes industriales. De otra parte, el Mercosur ha insistido en que el proteccionismo agropecuario de la UE impide a las partes alcanzar equilibrios mutuamente ventajosos. Pese al manifiesto interés de que el acuerdo se suscribiera en 2004 e iniciara su vigencia en 2005 (INTAL, 2004b), a fines de octubre de 2004, se suspendieron las negociaciones. Durante el segundo semestre de 2005, en el mes de noviembre, los negociadores de ambas partes acordaron reiniciar las negociaciones, intensificando los contactos que posibiliten un nuevo intercambio de propuestas que permitan avances sustanciales para la conclusión de las negociaciones.
3. Otros países
Dentro de América Latina y El Caribe, se destaca por una parte el Acuerdo de Libre Comercio alcanzado entre Uruguay y México, 31 el mismo que libera casi todo el universo arancelario del comercio bilateral entre ambos países, aunque con sendas listas de productos sensibles. Por otra parte, el CMC del Mercosur aceptó la solicitud mexicana para ser admitido como país asociado, lo que dio lugar a una primera reunión de negociaciones en mayo de 2005. En junio de 2003 el Mercosur suscribió un Acuerdo Marco orientado a crear una zona de libre comercio de bienes con la India. Este acuerdo más tarde se ampliaría a los servicios. Posteriormente, en enero de 2004 se firmó un Acuerdo de Comercio Preferencial, que considera 450 productos y que dispone de tres anexos relativos a las normas de origen, las medidas de salvaguardia y la solución de diferencias. Por su parte, el Brasil suscribió, en 2004, con la India y Sudáfrica un acuerdo destinado a formar un bloque trilateral con el fin de participar en las negociaciones comerciales que se desarrollan en el marco de la OMC, en las cuales defienden los intereses de los países en desarrollo.
El comercio entre los cinco países de la Comunidad Andina en2004 y 2005, superó todos los pronósticos y expectativas de los países miembros al marcar dos de los registros históricos35 más elevados de los últimos veinte años, con un crecimiento promedio de 36% (50,3% y 22,3%, en 2004 y 2005, respectivamente), habiendo superado las exportaciones intrasubregionales los 7.000 y 9.000 millones de dólares. Para encontrar una tasa de crecimiento similar a la alcanzada en 2004 hay que remontarse hasta 1979, cuando se alcanzó un crecimiento del 56,4%. La recuperación habría arrancado en el primer trimestre del año 2003, con las mayores alzas durante el tercero y cuarto trimestres del 2004 (véase el gráfico 7). Por países, se destaca la rápida recuperación del flujo de exportaciones entre Colombia y Venezuela, 36 así como el restablecimiento de las exportaciones de Ecuador, deprimidas durante 2004, especialmente hacia Colombia y Perú. Se diferencian los casos de Bolivia y Venezuela, con exportaciones menos dinámicas hacia la subregión.
En la CAN, la función jurisdiccional recae en el Tribunal Andino de Justicia, organismo colegiado creado por un tratado suscrito por los países miembros en 1979, y en plena operatividad desde enero de 1984.41 Las acciones sujetas a su competencia son básicamente: a) la acciones de nulidad de las decisiones de la comisión y de la Secretaría General cuando estas violen normas del ordenamiento jurídico de la Comunidad Andina; b) las de incumplimiento de las obligaciones derivadas del sistema de normas comunitario. La denuncia puede realizarla un país miembro o la propia Secretaría General de la Comunidad (SGCAN), siempre que se haya cumplido con el procedimiento precontencioso42 —encargado a la Secretaría General en el acuerdo—; y c) la interpretación prejudicial, en virtud de la cual los jueces nacionales que conozcan un proceso al que se deba aplicar la normativa comunitaria andina deben obligatoriamente solicitar al Tribunal Andino de Justicia una interpretación en cuanto al alcance de dichas normas.
Pese a existir ya un nuevo AEC, definido en la Decisión 535, de octubre de 2002, y de haberse dado los países un plazo hasta el 1 de enero de 2004 para definir la vigencia de un listado definitivo de productos, en la práctica, la aplicación de la Decisión 535 está suspendida, al menos hasta el 1 de enero de 2006, y hasta cuando la Comisión de la Comunidad Andina así lo determiné, período en el que Bolivia, Colombia, Ecuador y Venezuela continuarán aplicando el antiguo AEC definido por la Decisión 370, 371, y aquellas complementarias que modificaron las listas para adecuarlas a los cambios de la nomenclatura andina (NANDINA) (SGCAN, 2005g). Perú por su parte siguió aplicando su arancel nacional, en virtud de que desde el 25 de agosto de 1996, dicho país suspendió su participación en el programa de liberalización para la aplicación del AEC. La Decisión 626, adoptada por la Comisión del Acuerdo en noviembre de 2005, introdujo la sexta postergación de la fecha de entrada en vigor del AEC, definido en la Decisión 535 (véase el cuadro 16). Esta Decisión, al igual que las anteriores, encomienda al Grupo Ad Hoc de Alto Nivel en materia de política arancelaria, a continuar con los trabajos técnicos que permitan desarrollar los elementos de la política arancelaria común de la Comunidad Andina, tomando en cuenta algunos elementos generales consagrados en el Anexo III de dicha norma comunitaria. A saber: a) la cobertura plena, esto es la incorporación de los cinco países andinos al AEC; b) la determinación de criterios de convergencia hacia un arancel más común, con reglas que orienten cómo llevar a cabo su aplicación; c) la aplicación de criterios de flexibilidad tanto en la definición del arancel de partida como en las normas para el manejo de la convergencia; d) transparencia, entendida como la notificación de los aranceles aplicados a cada momento; e) la incorporación de niveles iniciales de desgravación para negociaciones con terceros países en caso de no haberse completado el proceso; y f) la decisión final de la fecha de entrada en vigencia. A ese respecto, la Decisión 580 y anteriores contemplaban consideraciones sobre criterios similares. Adicionalmente, la Comisión determinó que la Política Arancelaria Común (PAC), encargada al Grupo Ad Hoc de Alto Nivel, determine también niveles arancelarios de partida, consideraciones de dispersión arancelaria, movimientos arancelarios, y la definición de los elementos que conformarán el proceso de convergencia (Decisión 626, Gaceta Judicial Acuerdo de Cartagena.
2. Medidas sobre acceso a los mercados47 e integración física
Desde 1993 ya está conformada la zona de libre comercio para cuatro de los cinco países miembros de la agrupación, con excepción de Perú que la integraría completamente durante 2005. Durante 2004 y 2005 se mantuvieron algunas distorsiones en el comercio intrarregional del Perú con el resto de los socios del grupo.48 El 31 de diciembre decisión 414 (véase el cuadro 16), Perú debiera eliminar las restricciones actuales a sus socios comerciales, pasando a formar parte de la Zona Andina de Libre Comercio (SGCAN, 2005b). Para avanzar hacia la libre circulación de mercancías, los países de la CAN, en buena medida, disponen de las normas comunitarias y de las infraestructuras técnicas y físicas necesarias para la notificación de la conformidad, reglamentación, normalización, acreditación, ensayos, certificación, metrología y gestión de la calidad. Los avances logrados en este frente se vieron consolidados por la aprobación, en junio de 2003, de la Decisión 562, Directrices para la elaboración, adopción y aplicación de Reglamentos Técnicos en los Países Miembros de la Comunidad Andina. La normativa sobre normas de origen, aunque cumple con el objetivo de preservar los beneficios del comercio subregional a los bienes originarios en la subregión, aún dista mucho para ser plenamente homogénea y facilitado del comercio, por lo que se hace necesaria su uniformización en base a criterios que permitan su aplicación u operacionalización.49 En cuanto a la aplicación de salvaguardias, aunque el sistema actual ha funcionado relativamente sin tropiezos, existen opiniones que aconsejan, entre varias posibles acciones, la reforma y reglamentación de algunas disposiciones en cuanto a reducir el número de productos susceptibles de recibir este tratamiento, por lo que la SGCAN propuso la modificación sustancial del mecanismo para productos específicos y productos agropecuarios (SGCAN, 2005d, 2005f), así como una mayor precisión del contenido de la “salvaguardia cambiaria”.
En conformidad con los lineamientos metodológicos del Formato de los Programas de Acciones de Convergencia (PAC) 51 se ha continuado el monitoreo de los datos principales macroeconómicos de los países. Los resultados preliminares para 2005 indican que Venezuela, con una inflación del 15,3% aún no puede cumplir con la meta objetivo de un 10%, mientras que Bolivia y Colombia mantienen todavía un déficit público más elevado que la meta del 4% del PIB, además de un elevado nivel de deuda, también por sobre el umbral fijado (50%) (Mora, 2005; CEPAL, 2005b).
2. Aspectos sociales52
Durante el bienio 2004-2005, la CAN impulso una serie de iniciativas tendientes a profundizar la integración más allá de la dimensión comercial, enfatizando los aspectos sociales. Entre ellas se destacan aquellas relativas a las migraciones laborales y la seguridad social, 53 así como las vinculadas a la seguridad y salud en el trabajo, que buscan atender los derechos de los trabajadores del espacio andino independientemente del lugar donde desempeñan sus labores. También se registraron avances en la atención a la educación escolar relativa al tema de la integración; en la prevención y atención de desastres, donde se aprobó una estrategia regional; de los problemas concernientes a la producción, tráfico y consumo de drogas; al tráfico ilícito de armas; en la defensa de los derechos humanos. Fue especialmente importante la formulación del Plan Integrado de Desarrollo Social (PIDS) cuyo objetivo es desarrollar la dimensión social de la integración andina, ante la constatación de la existencia de graves problemas de pobreza, exclusión y desigualdad social en la subregión.
3. Aspectos institucionales
La estructura institucional de la CAN ha demostrado gran utilidad para la solución de los problemas que se han ido presentando y para apoyar, con una visión de conjunto y desde un enfoque técnico, los avances logrados. No obstante, los países han reconocido la necesidad de avanzar hacia un nuevo diseño estratégico, y así lo definieron en la Declaración de Quirama, la cual ha orientado la actividad de la agrupación en los últimos años. Los énfasis de este documento se reflejan en la mayor participación que en las preocupaciones de la integración tienen los planos políticos, sociales y culturales; la ratificación de progresar hacia una integración más profunda y que abarque el sudamericano. Resalta el objetivo de cooperar para lograr un desarrollo sostenido y la importancia que se concede a los aspectos institucionales. La puesta en práctica del nuevo diseño estratégico antes referido es vital para que la integración se convierta en un efectivo instrumento para el desarrollo económico-social de los países. Se plantea al proceso de integración como el eje articulador de la agenda externa e interna de desarrollo, para lo cual se deberá profundizar la integración comercial, recuperar la noción de desarrollo con perspectiva de competitividad y equidad y profundizar la cooperación política. Para lograr lo anterior corresponde impulsar el libre comercio y, a la vez, perfeccionar la normativa dirigida a la conformación del mercado ampliado.
Dada la importancia de las negociaciones que llevan adelante los países andinos, la SGCAN inició en marzo de 2004 actividades de Apoyo a las Negociaciones Comerciales. El acontecimiento trascendental durante el bienio 2004-2005 fue, el acuerdo alcanzado con el MERCOSUR, junto con el avance de las negociaciones de un tratado de libre comercio entre 3 países del grupo (Colombia, Ecuador y Perú) con los Estados Unidos, el cual ya fue concluido por Perú en noviembre de 2005. Una vez que se concluyan todas las negociaciones en curso, los países de la CAN tendrían abierto aproximadamente un 34% del mercado mundial con aranceles bastante bajos. A diciembre de 2005, las preferencias arancelarias concedidas por el grupo en el ámbito intrarregional alcanzaron al 16% de las exportaciones totales del grupo.
Mercado Común del Sur (Mercosur)
La negociación entre los países de la CAN y el Mercosur concluyó en 2004 con la suscripción del TLC y su posterior protocolización del ACE 59, en el marco de la ALADI. Este instrumento consagra la cooperación entre todos los países de América del Sur y se inscribe en la definida política de los dos grupos de llegar a conformar un único proceso de integración latinoamericano y caribeño. La significación de este compromiso es relevante, según se desprende de las magnitudes que alcanzará el Nuevo Espacio Sudamericano que se construirá sobre la base de la convergencia y armonización de la institucionalidad de la CAN y la del Mercosur, a la que se incorporaría Chile, y en un futuro próximo Guyana y Suriname.
2. Unión Europea
Tanto en las corrientes comerciales como en las de inversiones, los países de la UE constituyen el segundo socio económico de los de la CAN, luego de los Estados Unidos. Desde diciembre de 2003 existe un Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación (ADPC). El acceso al mercado andino está afianzado desde 1990 en la utilización del Régimen Especial de Preferencias Andinas. La cooperación económica se rige por el Acuerdo Marco de Cooperación CAN-UE, mientras es ratificado por todas las partes el ya mencionado ADPC. En la Cumbre de América Latina, Caribe y la Unión Europea celebrada en mayo de 2004 en Guadalajara fue convenido iniciar el proceso de negociación para alcanzar un acuerdo de asociación entre las dos regiones. Durante 2005 se han realizado importantes acercamientos entre las SGCAN y la de la Unión Europea. Algunos escollos a la relación entre los países de la CAN y los de la UE tienen su centro en el tratamiento a ciertos productos importantes de la exportación de los primeros. Casos emblemáticos son los del banano y el azúcar, y un sinnúmero de productos agrícolas y agropecuarios (lácteos, carnes, vegetales, granos y aceites, entre otros).
Mercado Común Centroamericano (MCCA)
Es desde los años noventa que los intercambios comerciales entre los países de la CAN y del MCCA muestran una tendencia de crecimiento sostenida; igualmente, se han iniciado y progresan los contactos, especialmente técnicos, entre las secretarías de ambos esquemas. Actualmente está en proceso de negociación un acuerdo de libre comercio con Guatemala, El Salvador y Honduras, y se encuentra vigente —como paso previo para la negociación de un TLC— un mecanismo de diálogo político y cooperación55 entre las secretarías de ambos grupos.
Estados Unidos
Las relaciones económicas de los países andinos con los Estados Unidos han sido tradicionalmente de gran envergadura56 y, además de los vínculos bilaterales, han dado lugar a la constitución en 1998 del Consejo sobre Comercio e Inversión. Con el fin de combatir la lucha contra las drogas, EE.UU. concede a los países de la CAN un trato comercial especial, regido por la Ley de Preferencias Comerciales, el que fue continuado desde 2002 por la Ley de Promoción Comercial Andina y Erradicación de la Droga (ATPDA), que tiene vigencia hasta diciembre de 2006, de la cual se exceptúa a la República Bolivariana de Venezuela. En mayo de 2004 se iniciaron las negociaciones de un TLC con los EE.UU. El comienzo de las negociaciones fue diferenciado, empezando primero Colombia y Perú, luego Ecuador (que se vio obligado primero a resolver varios diferendos con empresas norteamericanas).57 Bolivia aún no se ha sumado a la negociación, aunque en abril de 2005 solicitó formalmente su inclusión. Desde mayo de 2004 hasta la diciembre de 2005 se realizaron 13 rondas de negociaciones, con resultados disímiles entre países. En la última ronda, Perú cerró sus negociaciones. Por su parte, Colombia y Ecuador aún no cierran todas sus mesas de negociación, y esperan hacerlo durante el primer trimestre de 2006. Los temas espinosos son: agricultura, propiedad intelectual y medidas sanitarias y fitosanitarias. Las negociaciones involucran un amplio menú de temas al igual que lo hicieron los países del MCCA en 2003 (inversiones, servicios, compras públicas, propiedad intelectual, salvaguardas, antidumping, solución de controversias, entre otras) (ver recuadro 5 en el capítulo siguiente).
5. República Popular China
La CAN y China desarrollan sus relaciones con base en el Acuerdo para el establecimiento de un mecanismo de Consulta Política y Cooperación del año 2000. En el último tiempo el intercambio comercial virtualmente se ha duplicado, experimentando alguna diversificación en su composición por productos y, a juicio de ambas partes, tiene una perspectiva importante. A fines de enero de 2005, el Vicepresidente de China visitó la sede de la CAN.
En 2005, las exportaciones intrasubregionales de este grupo de países se recuperaron, creciendo en promedio en torno al 16%, a un ritmo mayor al anotado por las exportaciones extrarregionales que tan sólo se expandieron un 8%, aunque sin alcanzar el nivel máximo alcanzado en el año 2000, cuando las exportaciones intrasubregionales crecieron por sobre el 30%. El crecimiento del PIB ha acompañado esta expansión de comercio intragrupo (véase el gráfico 10). El promedio trimestral de las exportaciones de la subregión pasó demillones de dólares a poco más de 954 millones en 2005, siendo la mayor expansión la experimentada por las exportaciones de Nicaragua, Guatemala y Costa Rica. Revisada la evolución de las exportaciones por países en 2005 encontramos que para Costa Rica las exportaciones hacia sus socios comerciales se expandieron cerca de un 16%, llegando a ser la subregión el segundo lugar más importante de destino de productos exportados después de los Estados Unidos. El Salvador y Guatemala y Nicaragua por su parte, y en menor medida Honduras, mostraron también un gran dinamismo exportador en los circuitos de comercio intrasubregionales.
Desde 2003, el MCCA posee un Mecanismo de Solución de Controversias59 en virtud el cual se estableció un sistema cuya utilización tiene por objeto evitar o detener la violación de las normas de los instrumentos jurídicos de la integración económica y la reparación de los daños que su violación pueda causar, fortaleciendo y acelerando el proceso de integración económica subregional. Al igual que el mecanismo del Mercosur, el Mecanismo de Solución de Controversias del MCCA tiene tres etapas: Una primera de Consultas que busca solucionar las diferencias en forma amistosa mediante una negociación directa entre las partes, sin mediar intervención de terceros. Si estas negociaciones no llegan a definir una solución u entendimiento mutuo, los países podrán recurrir en una segunda etapa al Consejo de Ministros, que como tercero imparcial podrá realizar las siguientes alternativas: a) nombrar asesores técnicos o grupos de trabajo; b) recurrir a los buenos oficios, la conciliación, la mediación u otros procedimientos de solución; o c) formular sus propias recomendaciones. Si después de este esfuerzo, transcurrido un plazo de 30 días no hay acuerdo, las partes podrán recurrir al arbitraje, cuya resolución no será sujeta de apelación ni recurso alguno.
Hasta octubre de 2005, de un universo arancelario de 6.194 rubros, la Secretaría de Integración Centroamericana (SIECA) constató que el AEC centroamericano tiene armonizado alrededor del 94,6% del universo arancelario perteneciente a la Parte I del Arancel, mientras que los restantes productos (5,4% del universo arancelario) que se sitúan en las Partes II y III, todavía permanecen desarmonizados (SIECA, 2005b). Dicha proporción alcanzaba a sólo 85% en 2002; entre los rubros arancelarios no armonizados, más de un 30% corresponden a productos agrícolas, siguiendo en importancia los metales y los derivados del petróleo, con alrededor de 12% cada uno, y los medicamentos que llegan a significar un 8%. Sin embargo, el proceso de reducción gradual de tarifas arancelarias que se inició a principio de los años 80, tanto nacional como regionalmente, ha ido reduciendo la protección del AEC, dándose los siguientes promedios arancelarios ponderados hacia 2001: Costa Rica, 4,2%; El Salvador, 6%; Guatemala, 6%; Honduras, 8,7%, y Nicaragua, 6,1%. El principal desafío en este ámbito es el relativo a la erosión de las preferencias arancelarias intrarregionales debidas a la suscripción de una serie de tratados de libre comercio, especialmente el último con los Estados Unidos (CAFTA).
2. La integración física y la facilitación de comercio
Los Informes sobre el Desarrollo Humano correspondientes a los países y a la subregión centroamericana, con excepción de Nicaragua, dan cuenta de un claro mejoramiento de la infraestructura de acuerdo con el índice calculado siguiendo la metodología de la CEPAL (INTAL, 2004c). Los proyectos que está considerando el Plan Puebla-Panamá, especialmente los referidos a las iniciativas para la Interconexión Energética, Transporte y Telecomunicaciones, provocarán un impacto positivo en la subregión. En el área medioambiental se ha continuado con las actividades tendientes a la armonización de legislaciones y políticas ambientales; se ha formulado una Política Centroamericana de Manejo Integrado de Recursos Hídricos, las Estrategias Regionales de Biodiversidad, Forestal y Producción Limpia, la política sobre estrategia regional de Humedales, el desarrollo del Plan de Fortalecimiento del Sistema Centroamericano de Áreas Protegidas, la Guía Regional de Aplicación de la Convención CITES, contra el tráfico de especies en peligro, y la ejecución del Plan de Evaluación del Impacto Ambiental en Centroamérica del Proyecto Sistema de Interconexión Eléctrica para América Central (SIEPAC), que se lleva adelante en el contexto del Plan Puebla- Panamá. En el período que se analiza se ha dado importancia al mantenimiento de carreteras, tema sobre el cual se preparó un Manual Centroamericano, que acaba de ser revisado para su actualización SIECA.
Los estudios que evalúan los resultados de la integración centroamericano económico y comercial, coinciden en señalar que son positivos y que, en parte, explican la expansión del comercio de la subregión en las últimas décadas. El aumento de los flujos de comercio subregional permitió el aumento de las exportaciones, pese a la caída de los precios de los productos tradicionales fundamentales, el café y el banano, convirtiéndose así en un proceso anticíclico. Además tiene alta significación que las exportaciones al mercado ampliado hayan llegado a ser más diversificadas y de mejor calidad que las dirigidas a los mercados de EE.UU, Europa y Asia. Los países centroamericanos han utilizado políticas monetarias restrictivas, evitando súbitos crecimientos en las corrientes del comercio intrasubregional y las variaciones en el comercio mutuo han estado ligadas a los crecimientos del ingreso y, luego, por cambios en los precios relativos derivados de modificaciones de las políticas cambiarias. Por cierto que las preferencias comerciales y el factor geográfico han influido en dichas corrientes, pero cada vez con menor intensidad a causa de las excepciones que las negociaciones con terceros países han provocado en las preferencias del mercado ampliado, lo que ha generado una demanda hacia nuevos mecanismos de integración.
2. Aspectos sociales
La relevancia de los problemas sociales en las sociedades centroamericanas ha generado la tendencia de asignar a las instituciones de la integración, en especial a la Alianza para el Desarrollo Sostenible (ALIDES), numerosas responsabilidades, entre otras, en el siguiente marco de metas: reducción de la pobreza, del analfabetismo, de la mortalidad infantil y materna; aumentar los servicios básicos de salud, de agua segura y de saneamiento; satisfacer el aumento vegetativo de la demanda de viviendas; aumentar la posibilidad de adquirir alimentos saludables, seguros y de precios razonables; lograr que se cumplan las convenciones sobre género, infancia, empleo, población, migrantes y pueblos indígenas (INTAL, 2004c).
Aspectos institucionales
El proceso de integración centroamericano dispone de un esquema funcional complejo y ha desarrollado un número apreciable de instituciones comunitarias. Está basada en el Parlamento Centroamericano (PARLACEN), el Sistema de Integración Centroamericano (SICA) ,65 la Alianza para el Desarrollo Sostenible (ALIDES) y el elemento central, las Cumbres Presidenciales. Existe un nivel técnico-político formado por la Secretaría General del Sistema (SG-SICA) y por el Comité Consultivo del SICA. En el nivel técnico-sectorial se encuentran la Secretaría de Integración Económica (SIECA), la del Consejo Monetario Centroamericano (SECMA), la del Consejo Agrícola Centroamericano (SCAC), la de Integración Turística de Centroamérica (SITCA), la Ejecutiva de la Comisión Centroamericana de Transporte Marítimo (SE-COCATRAM). Además existen una serie de instituciones regionales de desarrollo: 66 Es indudable que a través de los esfuerzos que este conjunto de instituciones subregionales han venido realizando se han producido importantes aportes para la solución o mejoramiento de múltiples obstáculos tanto a la integración como al desarrollo económico social. No obstante, el esquema organizativo ha hecho difícil conciliar la jurisdicción y responsabilidades de la institucionalizad regional con las nacionales.
A diciembre de 2005 los países del MCCA habrían concedido preferencias arancelarias para alrededor del 77% de sus intercambios comerciales (véase el cuadro 20), sobre todo por la inclusión del TLC suscrito con los Estados Unidos. El principal beneficio tangible de dicho acuerdo radicará en la consolidación de las preferencias arancelarias que Estados Unidos otorgue, que dejan de ser transitorias para convertirse en permanentes.
1. Estados Unidos
El comercio de Centroamérica con los Estados Unidos, es el más importante para esa subregión y se ha regido, desde 2000, por la Ley de Asociación Comercial de Estados Unidos-Cuenca del Caribe, cuyo vencimiento será en 2008. Las negociaciones para formular un tratado de libre comercio se iniciaron en enero de 2003, enmarcadas en el objetivo regional de aumentar las exportaciones a ese mercado y, a la vez, atraer inversiones a la subregión. A mediados de diciembre se concluyó la negociación del TLC en el caso de El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua; Costa Rica lo hizo en enero de 2004. En ese lapso se hicieron 9 rondas de negociación en las cuales se discutieron por medio de seis grupos de negociación los siguientes temas: acceso a los mercados; servicios e inversión; compras del sector público y propiedad intelectual; medio ambiente y asuntos laborales; solución de controversias; y, asuntos institucionales. La República Dominicana se adhirió al Tratado en marzo de 2004.
2. Unión Europea
En diciembre 2003 se suscribió un nuevo Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación. En enero 2005 representantes de los dos esquemas se reunieron en Bruselas en un grupo técnico para examinar el avance de la integración centroamericana con vista a analizar su compatibilidad con las negociaciones que intentan desarrollar para convenir un TLC.69 También evaluarán la marcha del Acuerdo suscrito en 2003. Durante 2005, se realizaron acciones tendientes a cumplir los compromisos adquiridos con la UE sobre la evaluación conjunta de la integración de Centroamérica. Por ahora, y hasta que los países no logren un acuerdo comercial birregional, deben aplicarse a los países centroamericanos los beneficios del SGP+ (SIECA, 2003-2005). En noviembre de 2004 ingresó España al SICA, en calidad de Observador Extrarregional. Los países centroamericanos esperan iniciar negociaciones con la Unión Europea en mayo de 2006, con motivo de la próxima Cumbre América Latina y el Caribe – Unión Europea en Viena, Austria.
3. América Latina y El Caribe y otros países
Todos los países de la subregión han suscrito TLC con México, 71 República Dominicana, 72 Panamá y Chile, aunque con éste último solamente están vigentes los con Costa Rica y El Salvador. Con los países de la CARICOM las relaciones económicas se han desarrollado desde 1992 mediante reuniones ministeriales y se dispone de un Programa Marco de Cooperación Centroamérica-CARICOM. Por su parte Costa Rica ha concluido en 2002 la negociación de un TLC con Trinidad y Tobago; las autoridades del CARICOM han planteado a Costa Rica la adhesión de toda su subregión. El resto de países centroamericanos probablemente tomarán como referencia principal para su vinculación con el CARICOM el tratado que llegue a concluir Costa Rica. Salvo Costa Rica que tiene en vigencia desde 2002 un TLC con Canadá, los otros cuatro países aún desarrollan una negociación conjunta con dicho país, la cual está en su etapa final, aunque restan temas sensibles como el de los subsidios a la exportación, apoyos domésticos agrícolas, textiles y vestuario, y la salvaguardia agrícola. Adicionalmente los países mantienen relaciones comerciales con Japón y la India, país último que ofreció la creación de un Centro de Entrenamiento de Tecnología de la Información para la subregión.
En el primer semestre de 2005, las exportaciones intrasubregionales aumentaron 23% con relación a 2004. Si bien, todos los países expandieron sus exportaciones al interior del esquema de integración, las exportaciones entre Jamaica y Suriname estuvieron más bien debilitadas. Las exportaciones de Trinidad y Tobago que representaban cerca del 76% de las exportaciones intra-CARICOM se expandieron en 25%, determinando en gran medida el alza del comercio comunitario, al punto de aumentar su participación en el total del comercio intragrupo hasta el 82,6%. Los países de la Organización del Caribe Oriental que en 2004 sufrieron los efectos adversos de desastres naturales: Tres Huracanes: “Iván”, “Jeanne” y “Frances” que afectaron fuertemente a Santa Lucia, San Vicente y Las Granaditas, Jamaica y Bahamas; un terremoto de grado 6 en la escala de Ritcher en Dominica: y fuertes tormentas tropicales en Haití, se vio afectado por fuertes tormentas tropicales. Pese a todo ello, el PIB de la subregión durante el bienio 2004-2005 anotó un alza importante, debido al efecto anticíclico de la actividad turística y a la llegada de pasajeros por crucero (véase el gráfico 11). En parte, la actividad turística intrarregional, que representa cerca de un tercio de las exportaciones de servicios de viajes de la subregión jugó un papel importante en la recuperación antes referida (Rezende y Durán, 2005).
En materia de Solución de Controversias, los países avanzan en el establecimiento de la Corte Caribeña de Justicia (CCJ).73 En julio de 2004, los Jefes de Gobierno aprobaron el nombramiento de su primer Presidente, a propuesta de la Comisión Regional de Servicios Judiciales y Legales. Sin embargo, en octubre, se decidió posponer la inauguración hasta el primer trimestre de 2005. Más adelante en febrero de 2005, el Banco de Desarrollo del Caribe ya estaba en posición de transferir cien mil dólares al Fondo de la CCJ.74 En febrero de 2005, los países conocieron la del Privy Council de Londres de invalidar decisiones legislativas adoptadas por Jamaica, lo que le impedía depositar los instrumentos para la ratificación vinculados al CSME, con lo que la ratificación de Jamaica para la constitución de la CCJ quedó en suspenso, impidiendo que la CCJ sustituyera a dicho Consejo, cuyas funciones se inscriben en las etapas coloniales de los países del Caribe, donde era norma la dependencia jurídica de estas naciones de la metrópoli. Barbados y Trinidad y Tobago solidarizaron con Jamaica, por lo que también pospusieron el depósito de la ratificación en espera de que lo pudiera hacer Jamaica. La Sede de la CCJ será Puerto España en Trinidad y Tobago.
Al igual que el resto de procesos de integración de América Latina y el Caribe, el de los países del Caribe no ha podido superar aún el nivel de una unión aduanera imperfecta. También el grupo no dispone de herramientas para enfrentar los problemas de la asimetría existente entre los miembros de la CARICOM y el caso tan especial de tener varios territorios insulares de muy reducida dimensión. En este sentido para este esquema es no sólo urgente y necesario completar las acciones dirigidas a la conformación del mercado ampliado, sino también introducir reformas de significación en el esquema actual, especialmente aquellas vinculadas con la convergencia que deben alcanzar las sociedades del Caribe.
El libre movimiento de personas se verá fortalecido al empezar a ser consideradas a partir de 2005 también otras categorías laborales, de acuerdo a las solicitudes expresadas por los trabajadores.77 Varios países de la agrupación, entre ellos Antigua, Barbuda, Sn. Vincent y Granadinas y Surinam, empezarán a utilizar el formato CARICOM en sus pasaportes nacionales (SGC, 2005b). Surinam ya operacional izó el uso y la admisión del pasaporte CARICOM. En reconocimiento de los riesgos económicos y sociales que enfrenta la juventud en los países de la CARICOM, que constituye el 58% de la población total, se acordó conceder alta prioridad al empleo en los programas nacionales y regionales para la implementación de los cuatro componentes de la Estrategia Regional de Desarrollo de la Juventud. Partiendo de la necesidad de contar con una estructura específica para el manejo, coordinación e implementación de la atención al tema prioritario de la seguridad en los países del grupo, cuyo deterioro puede tener honda significación negativa.
2. Aspectos Institucionales
En febrero de 2005 fue inaugurada la nueva sede de la Secretaría de la CARICOM en
Georgetown. En esa oportunidad el Primer Ministro de Jamaica subrayó la importancia de profundizar el proceso de integración, en una época donde la marea de la globalización y el hegemonismo demandan unidad y acción conjuntas. La reunión de junio del Consejo para el Desarrollo Comercial y Económico (COTED), a la que asistieron los Ministros de Agricultura de la subregión, analizó la importancia primordial de ese sector tanto para las economías del CARICOM como para las negociaciones económicas internacionales en las que participan los países, concluyendo que era considerable la importancia de los trabajos dirigidos hacia el mejoramiento de la productividad, que se realizan en el marco del Instituto Caribeño de Desarrollo e Investigación Agrícola (CARDI), destinados a elevar la productividad de este sector conforme a lo convenido en el Programa de Transformación Regional de la Agricultura. Respecto a los productos fundamentales del agro, entre ellos el banano, definieron como imprescindible esforzarse por mantener sin deterioro las condiciones de acceso a los mercados tradicionales de exportación INTAL.
En los últimos años, los países de la CARICOM se han mantenido activos en sus relaciones externas, a través del Mecanismo Regional de Negociaciones del Caribe (Caribbean Regional Negotiating Machinary, CRNM por sus siglas en inglés). Los países han ratificado su interés por avanzar en las negociaciones económicas internacionales con países, grupos de países y organismos económicos internacionales. A diciembre de 2005, los países de grupo se encontraban negociando la concesión de preferencias arancelarias para el equivalente a un 23% adicional de sus exportaciones.
1. Unión Europea (UE)
El 23 de febrero de 2005 culminaron las negociaciones ministeriales para realizar la revisión quinquenal del Tratado de Cotonou entre los 77 países de Asia, Caribe y Pacífico (ACP) y la UE, para el diálogo político, la ayuda al desarrollo, el estrechamiento de las relaciones de cooperación económica y comercial y el respeto a los derechos humanos y los principios democráticos, el que será posteriormente firmado por las partes en junio de 2005. El acuerdo entre las partes, junto con convenir preferencias comerciales y un nuevo Protocolo financiero, otorgados por la UE, incluyó referencias a temas de política internacional como la no-proliferación de armas de destrucción masiva y el Tribunal Criminal Internacional.
2. Estados Unidos
La CARICOM también se está contemplando la posibilidad de negociar un TLC con los Estados Unidos, decisión que por cierto no está exenta de dificultades y costos. Pesan en este enfoque tanto el estancamiento de las negociaciones del ALCA como el avance de otras negociaciones bilaterales de los Estados Unidos, y el hecho de que este país sea la principal fuente (junto con Europa) para el turismo y los flujos de inversión de la CARICOM.
3. América Latina y El Caribe
Los países de la CARICOM son miembros plenos de la Asociación de Estados del Caribe (AEC), agrupación que aprobó un Acuerdo sobre Transporte Aéreo, y un borrador de la Convención que establece la Zona de Turismo Sustentable del Caribe. Actualmente, está en estudio el inicio de negociaciones comerciales con el MERCOSUR, evento que se espera se produzca durante 2006.
4. Canadá
En la CARICOM se contempla finalizar las negociaciones con Canadá para la firma de un TLC, con la idea de garantizar de modo más permanente las preferencias otorgadas por el CARIBCAN, acuerdo comercial entre Canadá y los países miembros de la CARICOM. En las negociaciones, que empezaron en el primer semestre del 2005, la Comunidad del Caribe procuraría el otorgamiento de un trato asimétrico. El acuerdo con Canadá permitiría también, dado el flujo migratorio de los países de la CARICOM hacia ese país, estimular la liberalización de servicios, según el modo 4 del Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios (AGCS).
Este documento fue tomado de los autores José Durán Lima y Raúl
Maldonado, ambos de la División de Comercio Internacional e Integración de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, CEPAL.
No hay comentarios:
Publicar un comentario