miércoles, 3 de febrero de 2010

Integracion Económica en América Latina

La información fué tomada del libro: INTEGRACIÓN ECONÓMICA EN AMÉRICA LATINA, AUTOR: DE LA REZA GERMÁN

INTEGRACIÓN ECONÓMICA EN AMÉRICA LATINA_ 1

CAPÍTULO I.- TEORÍA DE LA INTEGRACIÓN_ 1

1. Punto de partida: ¿La integración Latinoamérica crea o desvía comercio_ 1

2. Enfoques de la integración en disparidad y encapsulamiento disciplinario_ 2

CAPÍTULO II 4

EL NUEVO REGIONALISMO_ 4

3. Dimensiones de una estrategia no tan nueva. 4

CAPÍTULO III 9

LOS PROCESOS DE LA INTEGRACION FORMAL_ 9

5. Desempeño de las uniones aduaneras latinoamericanas. 9

6. Ensayos de ampliación del mercado_ 12

CAPÍTULO IV_ 12

OPERACIÓN DE LAS PREFERENCIAS Y COMERCIO ADMINISTRATIVO_ 12

7. Del bilateralismo al sistema radical: el caso de México_ 12

8. Eliminación de las medidas antidumping en los acuerdos de integración_ 14

CAPÍTULO I.- TEORÍA DE LA INTEGRACIÓN

1. Punto de partida: ¿La integración Latinoamérica crea o desvía comercio?

El modelo que subyace a este diagnostico puede ser expuesto de manera sucinta: Sea el país (A) que aplica un arancel (t) a la importación de un bien cualquiera del país más eficiente (C); cuando A conforma una unión aduanera con un país regional proveedor del mismo bien (B), por definición menos eficiente, el precio de transacción en el mercado regional (Pb) suele ser superior al precio del país, más competitivo sin arancel (Pc).

De este modelo resultan tres principales recomendaciones.

La primera es que un mercado regional caracterizado por ña rivalidad de sus industrias es más deseable que una unión de economías complementarias sectorialmente.

La segunda señala la necesidad de que los acuerdos den cobertura a los vínculos comerciales más importantes a fin de armonizar el flujo potencialmente objeto de discriminación.

La tercera recomendación pide adoptar un arancel externo más bajo que el promedio arancelario anterior a la formación del acuerdo; dado al costo de la desviación no es superior a los derechos arancelarios, la reducción arancelaria conlleva una disminución equivalente de los efectos onerosos de los acuerdos.

Dos principales hipótesis

De acuerdo con las premisas antes citadas, las esquenas regionales se clasifican en dos grupos: en uno prevalece la creación de comercio y en otro el índice de desviación es superior a los efectos competitivos del regionalismo.

La discrepancia en las conclusiones pone relieve las vicisitudes de la validación empírica de estas hipótesis. Si bien el modelo vinerario y sus extensiones son plausibles y coherentes con los postulados de la economía, su empleo en la prospección de las políticas regionales enfrenta el problema de las ingentes cantidades de información que se requieren para una medición precisa.

Métodos de cálculo.

Dos métodos tienen una notable sofisticación y ejercen mayor influencia entre los analistas.

El primero, denominado modelos de Equilibrio General Computable (EGC) se encarga de formalizar un amplio número de datos en torno a las relaciones económicas entre los sectores productivos, los factores de producción y varios mercados nacionales. En la mayorista de sus versiones se considera la diferenciación de los productos, importante en el caso de amplias disparidades en el cambio tecnológico, aunque las relaciones en el sistema se determinan de manera pronunciadamente teórica.

El segundo modelo, el Gravitacional, supone que el comercio entre dos países es una función creciente de su ingreso y población, y una decreciente de la distancia entre los países. Generalmente el modelo incluye variables macroeconómicas y variables artificiales. Si el comercio intra-grupo mantiene la misma relación con estas variables en los primeros años del acuerdo, entonces este último no desvía comercio.

2. Enfoques de la integración en disparidad y encapsulamiento disciplinario.

El propósito se atiende aquí a través de la elaboración de parámetros interdisciplinarios susceptibles de asociar los resultados de teorías y disciplinas convergentes.

La conjetura clásica de los países pequeños.

Las versiones recientes de esta conjetura arriban a conclusiones aun más optimistas. Según estas, el libre comercio en disparidad también favorece la inversión, la transferencia de tecnología y el aprendizaje industrial de las pequeñas economías.

Si los procesos se dotan de mecanismos de integración profunda, tales como la coordinación macroeconómica, la movilidad de factores y la unión monetaria entre los países miembros, los beneficios crecen en tres direcciones: asignación mas eficiente de recursos, aumento de la competitividad del mercado y de las transacciones comerciales. El aumento del comercio incrementa el PIB vía el estimulo a la eficiencia, el cual, a su vez, promueve la expansión del comercio.

Limitaciones explicativas.

Un primer cuestionamiento plantea el sobreentendido de que el ajuste de las estructuras de precios y la especialización productiva constituyen procesos relativamente cortos y lineales.

Existe suficiente evidencia para pensar que la adaptación de los países pequeños a las condiciones de competitividad imperantes en la economía mayor presentada el principal problema del libre comercio desde la perspectiva de los primeros, ya que se puede ser costosa y exigirles recursos y plazos de liberalización más dilatados que los que comúnmente establecen los acuerdos.

En estas circunstancias, la mejora en la competitividad de la pequeña economía puede verse postergada a causa de su menor experiencia industrial, la escasa diversificación de la estructura productiva y las mayores dificultades en la absorción de perdidas. Si esto es así, el país incrementara su dependencia frente a las empresas establecidas, origen de parte significativa de las divisas necesarias para mantener el flujo de las importaciones.

La liberalización como proceso heterogéneo

El contraste en los niveles de protección arancelaria deja prever un proceso de liberalización dominado por el mayor esfuerzo latinoamericano. Esta presunción se refuerza con la posición negociadora estadounidense, que propugna la rápida reducción de gran parte de los aranceles dentro de cinco años.

La eliminación de las barreras no arancelarias representa el otro gran componente de toda liberalización comercial. En su ámbito se incluyen las barreras técnicas al comercio, las medidas fitosanitarias, la promiscuidad en el uso de las medidas contingentes, las restricciones voluntarias a las exportaciones y las cuotas.

Interdependencia y negociación entre economías dispares

Según la noción clásica de este concepto, la mayor conexión y necesidad entre los países incrementa la sensibilidad de la agrupación por las dificultades de los socios con menores recursos.

Quienes defienden la tesis original en esta y otras disciplinas destacan que la interdependencia fortalece la cooperación y debilita la política de beneficios relativos.

CAPÍTULO DOS

EL NUEVO REGIONALISMO

3. Dimensiones de una estrategia no tan nueva.

Ordenar las políticas latinoamericanas de inserción a la economía internacional. Su más directo directo terreno de experimentación son las reformas del MCCA, la CAN y el MERCOSUR, así como los nuevos acuerdos de libre comercio que jalonean al continente.

Sin duda, la desconexión entre los aspectos doctrinarios y las políticas efectivas no abarca la totalidad de los problemas del nuevo regionalismo. La nueva estrategia tiene cuatro aspectos que son:

A) Las variantes conceptuales del nuevo regionalismo.

B) Lo criterios de asociación.

C) La compatibilidad de la integración de la OMC.

D) Las formas de integración.

Conceptos y líneas de acción.

La literatura de especialidad ha empleado alternativamente los conceptos de nuevo regionalismo “regionalismo abierto”, “regionalismo hacia fuera” e integración profunda.

El regionalismo abierto, Reynolds, Thoumi y Wettmann (1993), lo identifican con un conjunto de mercados dinámicos, plenamente integrados a la economía internacional mediante la progresiva eliminación de las barreras al intercambio comercial, en conjunción con medidas vigorosas encaminadas a incrementar el acceso social el mercado. La CEPAL por su parte, propone vincularlo al modelo exportador a través de la armonización de la independencia nacida de acuerdos de carácter preferencial y aquella impulsada por las señales del mercado, resultantes de la liberalización comercial en general” El propósito es hacer coincidir la integración de facto con los objetivos de los acuerdos, por medio de instituciones regionales; la liberalización de los mercados nacionales y de sectores; la adopción de reglas claras y estándares compatibles con la OMC.

A pesar de sus variantes el regionalismo abierto es insuficiente para referirse al conjunto de políticas adoptadas en la región, el nuevo regionalismo, prescribe la necesidad de combinar la liberalización de bienes, servicios y capital, con la armonización de los regímenes comerciales de los países miembros. A esta recomendación le siguen otras como: la ampliación de la membrecía de los acuerdos, convergencia entre las iniciativas subregionales, regionales y hemisféricas, y creación de acuerdos entre países industrializados y en curso de desarrollo.

La integración profunda, según Lawrence, promueve la interdependencia regida por las fuerzas de la internacionalización y la subsiguiente reducción de la brecha entre las políticas nacionales. Cuatro son las políticas de esta estrategia: menores diferencias de estándares y sistemas de producción; estabilidad de barreras arancelarias y no arancelarias de los mercados importantes y supresión a las trabas al comercio de servicios. Se trata de llevar las reformas globales al interior de las economías vía la apertura y la homologación de políticas.

EL Banco mundial, Schiff y Winters estudiaron la integración profunda como una escueta ampliación de los instrumentos liberalizados. De esta definición se derivan 8 reglas:

1) Vincular los acuerdos de integración al fomento de la competencia.

2) Preferir los acuerdos Norte-Sur por su mayor contribución al bienestar.

3) Escribir explícitamente las reformas económicas y políticas para intercambiar la credibilidad de las iniciativas.

4) Hacer depender los beneficios de la eficiencia del proceso de integración.

5) Estimular la cooperación regional mediante instrumentos diferentes a la discriminación comercial.

6) Prestar atención a los costos de las transacciones en la operación de los acuerdos regionales.

7) Asociar los efectos fiscales de la integración a la realización de las reformas en el sistema tributario y.

8) No buscar una exclusiva adaptación a la OMC.

Este aspecto define una primera limitación analítica. Desatender la retroalimentación de sus postulados los lleva a depender de premisas establecidas. Una insuficiencia conexa es la eliminación del sentido de la integración.

Un problema final es el escaso interés por los significados de la ruptura con el viejo regionalismo.

La ilusión del regionalismo Asiático ilustra esta fractura, promueve la independencia regional mediante instancias consultivas, no negociadoras y no vinculantes, caracterizadas por la liberalización exterior a los bloques comerciales.

Nuevo regionalismo vs. Multilateralismo.

Un primer componente de esta ruptura constituye el estrecho vínculo entre el nuevo regionalismo y el sistema multilateral. El Sistema General de preferencias u sus concesiones comerciales no recíprocas, representan la principal referencia de la reglamentación del comercio entre países industrializados y en curso de desarrollo.

El regionalismo presenta como transitorio con mayor insistencia que en el pasado. El artículo XXIV del GATT-OMC, normativa que concede legalidad internacional a los acuerdos regionales. Sus estipulaciones prevén:

a) En la uniones aduaneras, que los aranceles y las restricciones impuestos a terceros países no deben ser ni mayores ni más restrictivos que la incidencia general.

b) En las zonas de libre comercio, los aranceles se eliminen con respecto al comercio de productos de origen.

c) En ambos que los calendarios de liberalización se sujeten a plazos razonables de tiempo.

En 1948 y 1994, periodo de vigencia del GATT, ninguno de los 124 acuerdos regionales notificados a este organismo recibió un dictamen de inconsistencia. Para corregir lo que se percibe como una

Extrema flexibilidad, la Ronda de Uruguay aprobó en 1994 el “entendimiento relativo a la interpretación del artículo XXII. Este convenio busca determinar la consistencia de los derechos aduaneros con base “en la evaluación general de las tasas de las tarifas medidas ponderadas y de los derechos de aduanas recaudados.

Asimismo, el arreglo faculta por primera vez a los grupos especiales de la OMC en que puedan examinar no solo el texto de los tratados sino las políticas, se instituye el mecanismo de Solución de Controversias. Una iniciativa más fue la creación en 1996 del Comité de Acuerdos Comerciales Regionales con el objetivo de poder revisar periódicamente las contradicciones o violaciones de los acuerdos regionales.

En conjunto estas medidas y el avance en la liberalización multilateral buscan privilegiar al diseño del regionalismo como una etapa (stteping Stone) o componente (building block) del multilateralismo. La Reunión Ministerial de Doha en 2001 se hizo cargo del balance poco alentador del CARC, motivando la solicitud de lograr en corto plazo avances sustantivos en la compatibilidad de los acuerdos.

La Reunión de Hong Kong en noviembre del 2005 permite algunos avances en materia agrícola.

Unión aduanera vs. Área de libre comercio.

Los efectos de las zonas de libre comercio se consideran similares a la creación de una unión aduanera y en general menor performantes. Se recomienda integrar una zona de libre comercio, ya que el arancel externo común podría incrementar el precio de gran parte de sus importaciones. El país industrialmente diversificado debe preferir la conformación de una unión aduanera dado que necesita proteger un mayor número de industrias. No obstante la unión aduanera constituye el principal referente del regionalismo en Europa y América Latina, donde se le atribuye la capacidad de coordinar frente al resto del mundo la política comercial de los países asociados.

Su lógica permite a los procesos transitar de la cooperación regional a la coordinación de políticas y está a la fusión de instancias soberanas donde “una conduce progresivamente a otra”, se identifica con una etapa superior a la zona de libre comercio, necesaria para la creación de un mercado común. Desarrollos posteriores de esta concepción han agregado fases intermedias, como los acuerdos preferenciales, la unión aduanera imperfecta y el mercado único.

Las dificultades de las uniones aduaneras latinoamericanas en los 80´s estimula la creación de zonas de libre comercio. Este cambio implica la revisión de los significados de la zona de libre comercio, a la cual se le atribuye como característica el ser más liberal, flexible y compatible con el multilateralismo.

El argumento incita una dinámica de competitividad que empuja los aranceles externos del país más protegido “hacia abajo”. La segunda defiende la hipótesis según la cual en una zona de libre comercio, el país con las barreras más elevadas tiende a reducir los aranceles hacia terceros una vez que decae la influencia política de sus industrias de importación.

En todos los casos subyace la idea de que la zona de libre comercio reduce os riesgo de la desviación de comercio.

A esto se le agrega el que las diferencias de los esquemas hoy son menos tajantes que en el pasado, en el caso de los acuerdos inspirados en el modelo norteamericano, las funciones tradicionales de las zonas de libre comercio se completan con la liberación financiera, la incorporación de mecanismos de solución de controversias.

El MCCA, la CAN y el MERCOSUR comparten, en mayor o menor medida, signos de carácter regresivo con respecto a la conformación del arancel externo común. Sus uniones aduaneras imperfectas fluctúan entre uno y otro esquema según las presiones económicas de las que son objeto.

El problema que plantea el enfoque desviacionista de las formas de integración estriba en que comenzamos a tener problemas para distinguir diferencia en la calidad de los acuerdos, una zona de libre comercio favorecen la creación de comercio simplemente porque se acercan mas al multilateralismo.

El verdadero problema se centre en la profundidad de la integración en temas que escapan a la agenda multilateral.

Institucionalidad en la integración.

La ruptura entre el comercio nuevo y el viejo regionalismo también comprende la dimensión institucional de los procesos de integración. Los procesos subregionales establecidos se vinculan tácticamente de los objetivos de supranacionalidad y ninguno de los nuevos acuerdos se propone a avanzar hacia nuevas etapas de la integración.

Existen propuestas para la ampliación de sus competencias, como el denominado TLCAN-plus, el cual propone cierto grado de liberalización de los factores de producción y , eventualmente coordinar de manera estrecha algunas políticas macroeconómicas. Este rasgo del TLCAN juto con la gravitación en la definición de políticas regionales, promovió en América Latina un modelo de baja institucionalidad “de llega a ser universalmente aceptable”.

La proliferación de acuerdo bilaterales extra grupo inspirados en el tratado norteamericano, y la estrecha relación entre las reformas estructurales, de un lado, y la integración hemisférica y el multilateralismo.

El encuentro de ambas tendencias sugiere más bien que la competencia organizacional de uno y otro lado del Atlántico norte incentivan en el sur la heterogeneidad de las formas de integración.

Integración concéntrica.

Se entiende que la homogeneidad en los noveles de desarrollo permite a cada país hacer concesiones a las importaciones esperando compensar su crecimiento por medio de mayores exportaciones. Asimismo, que existen mayores oportunidades para la coordinación de políticas. Este criterio de asociación esta al origen de los esquemas latinoamericanos más antiguos.

Luego del abandono de la planificación del desarrollo, de la crisis de los años 80´s este requisito esta reemplazado por la búsqueda de integración con el socio natural.

Se propone como alternativa crear acuerdos con el mayor número posible a países a fin de elevar la cobertura preferencial del comercio efectivo.

Sin embargo, más importante es uno de los aspectos implícitos de este criterio, subrayado por la concentración de las exportaciones latinoamericanas en pocos mercados externos al fomento a la integración concéntrica.

Mas allá del carácter bilateral o plurilateral de los acuerdos, en conjunto un sistema radial donde el país eje determina la forma de integración, la agenda temática y el nivel de las concesiones comerciales. Los anclajes de este sistema se encuentran en la dependencia de prácticamente cada país de la región frente a las inversiones y el comercio estadunidense.

4. Relación con las reformas estructurales.

El objetivo no declarado más importante del nuevo regionalismo haya sido la adopción y respuesta de las políticas regionales a las reformas estructurales implementadas en América Latina.

El Consenso de Washington una acentuada disciplina fiscal, la privatización del sector público, la liberación del comercio y del capital doméstico.

Si bien las reformas estructurales conforman una red de interconexiones difícil de aislar en término analíticos, constituyen una pieza indispensable en la comprensión de las dificultades de la integración formal.

Disciplina fiscal y dependencia frente a los aranceles.

La disciplina fiscal es la más trascendental de las políticas macroeconómicas del modelo “hacia fuera” tiene por meta tradicional reducir el déficit público para controlar el endeudamiento y los brotes de inflación. El centro neurálgico de esta política es el gasto público.

En la mayoría de los países, la deficiente recaudación fiscal impide el ahorro y provoca que el control del déficit se apoye en los ingresos de la privatización y en el flujo de inversiones productivas, la movilización de estos recursos para complementar el ahorro interno, busca establecer un vinculo entre la inversión y un entorno macroeconómico sólido en condiciones de alto endeudamiento.

Acostumbrado a los problemas de renegociación de la deuda o de riesgos de moratoria en la región, es posible que se ignore que el peso económico de la deuda latinoamericana es bastante inferior a las de otras regiones en desarrollo. Sin embargo, en el caso de Latinoamérica la deuda externa se combina con otra variable que estrecha los márgenes de maniobra, la dependencia fiscal frente a la imposición del comercio exterior.

Una alternativa de reducir los niveles de dependencia arancelaria es la traducción de los impuestos directos en indirectos. La mayoría de los países enfrentan la postergación de las reformas fiscales o estas han redundado en cambios menores. A esto se le agregan los compromisos en materia de grabación.

Otro problema significativo sobre todo para las pequeñas economías, es la frecuencia con que la dependencia arancelaria aparece asociada al déficit fiscal y los desequilibrios en la balanza de pagos.

Un tercer problema es la ausencia de fuentes alternativas para el financiamiento del gasto público. En estas condiciones, la prosecución de los objetivos de la disciplina fiscal y libre comercio encierra una contradicción capaz de alterar los equilibrios macroeconómicos de gran parte del continente.

En cierta forma implica el regreso bajo otras formas y realidades a la sensibilidad del viejo regionalismo por los problemas sistemáticos y a su capacidad de adoptar políticas flexibles.

Política de Privatización.

La política de privatización se considera básica para el despliegue de la reestructuración económica, sobre todo por su declaración vínculo con grandes objetivos, la reconversión industrial guiada por el incremento de la eficiencia y la estabilidad macroeconómica. Su aplicación ha enarbolado como justificación la hipótesis de que la administración privada responde mejor que la pública a la racionalidad económica y la búsqueda de competitividad de las empresas.

En varios casos, las empresas privatizadas originaron sus utilidades en el control del mercado y conforme a las previsiones clásicas, su influencia sobre los precios fue en desmedro del consumidor. Esta contradicción con los objetivos principales de la reestructuración ha permitido recordar que la teoría económica no garantiza que la eficiencia económica mejore en todo o parte como resultado de la privatización.

CAPÍTULO TRES

LOS PROCESOS DE LA INTEGRACION FORMAL

5. Desempeño de las uniones aduaneras latinoamericanas.

Sin duda, no todas las iniciativas regionales transitan por el ámbito de las reformas estructurales y la transformación del mapa de las relativas interdependencias en función del regionalismo hemisférico o la irradicación del TLCAN. En términos formales existe un espacio institucionalizado que denominamos subregional, el cual da cobertura proyectos específicos de integración. Los tres esquemas de integración mas importantes – el MCCA, la CAN y el MERCOSUR- operan dentro de estas particularidades, aunque no por ello dejan de ser afectados por las tendencias generales, en particular al momento de perfeccionar sus uniones aduaneras.

Mercado Común Centroamericano.

El 13 de diciembre de 1960, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua suscriben el Tratado general de Integración Centroamericana por el cual se crea el MCCA. El anhelo unionista esta presente en el Istmo desde su separación con México en 1824, cuando se transforma en una federación dotada de instancias ejecutivas, legislativas, jurídicas, una moneda y una política externa comunes.

A esta función les siguen otros esfuerzos de vigencia efímera. La confederación promovida por Morzan en 1840. La Unión Centroamericana de Vasconcelos, en 1850 Y la unión de los estados de la América Central de 1855.

El MCCA hasta la década perdida.

El principal objetivo del MCCA, la creación del marcado ampliado, es previsto como la perfección automática de una zona de libre comercio y la adopción de un arancel externo común en cinco años.

Producto de liberalización arancelaria y las facilitaciones monetarias, entre 1960 y 1965 el comercio intra-grupo registra una de las progresiones mas destacadas de su historia: de sólo 33 millones de dólares pasa a 142 millones, un aumento de 430 por ciento. La tasa de crecimiento anual del PIB también es elevada: 4.9 o 6.5 por ciento. El comercio de manufacturas, que inicialmente abarca a 41 por ciento de las transacciones, al final del periodo representa el 88 por ciento del total de la producción, posicionando a este mercado como alternativa viable para la industria de valor agregado.

Estas convulsiones también alimentan o se confunden con otros factores, como la depresión del mercado centroamericano y, sobre todo, la crisis de la deuda. Como consecuencia, el proceso de integración es sustituido por estrategias de alcance bilateral, lo cual anula los avances en materia de liberalización intra-grupo y definición del arancel externo común.

Disparidades intra-grupo.

Estas tendencias se combinan con un hecho interno importante: el cambio en la capacidad exportadora de los países miembros.

Otro indicador de estas disparidades es el PIB per cápita: en el 2001 el ingreso costarricense es 10 veces mayor al de Nicaragua, mientras el Salvador, Guatemala y Honduras ocupan posiciones intermedias. En su conjunto, estos indicadores muestran que la relativa paridad económica ya no constituye la principal característica del acuerdo más antiguo de América Latina.

Comunidad Andina de Naciones.

El acuerdo de Cartagena es suscrito por Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y Perú tras una década de expectativas y experiencias insatisfactorias dentro de la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC). Su convenio firmado el 25 de mayo de 1969 se presenta como un proyecto subregional de la ALALC, aunque le confiere mayor identidad del énfasis en la armonización de las políticas nacionales y la coordinación de los planes de desarrollo, opuestos al enfoque comercial de este ultimo.

El modelo andino.

Uno de los objetivos centrales del acuerdo de Cartagena o Grupo Andino, la creación de la unión aduanera, se compone de dos medidas: a) la liberación del intercambio comercial, empezando con la disminución de los gravámenes y restricciones existentes entre los países miembros, y b) la creación de un arancel externo común, con una primera etapa consagrada al establecimiento del arancel externo común mínimo a mas tardar el 31 de Diciembre de 1971.

Reforma del acuerdo.

Junto con la recuperación económica de finales de los años 1980, los gobiernos disponen la reactivación del esquema a través de acuerdos sucesivos, adaptando el esquema a los cambios registrados en el contexto internacional. El protocolo de Quinto de 1987 primeramente acerca las posiciones de los países en tornos a las líneas generales a seguir; en la reunión de Galápagos de 1989 los países adoptan el diseño para la reorientación del grupo Andino; el acta de la Paz de 1990, acuerda la aceleración de los calendarios para conformar la zona de libre comercio andina, y el acta Barahona de 1991, anuncia la puesta en marcha de la zona de libre comercio en 1992.

Creación de la unión aduanera.

La decisión 370 del 28 de noviembre de 1994define una estructura arancelaria externa de cuatro niveles: 5 por ciento para materias primas, entre 10 y 15 por ciento para bienes semielaborados y 20 por ciento para productos acabados . En 1995 y como respuesta al anuncio del ALCA en la Cumbre de las Américas de Miami, los países miembros acuerdan la conformación de un mercado común antes del año 2005. Para ello se adopta un proceso escalonado que incluye la perfección de la zona de libre comercio, la creación de la unión aduanera, la libre movilidad de capital y trabajo, así como la definición de posiciones negociadores comunes en foros internacionales.

Mercado Común del Sur.

El tratado de Asunción, mediante el cual se instituye el Mercado Común del Sur, fue suscrito el 26 de marzo de 1991 por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. Los antecedentes del MERCOSUR están polarizados por el antagonismo de los socios mayores de la agrupación.

Adopta una estrategia desarrollista que ve en el crecimiento de los mercados una condición para la integración y el desarrollo económico con justicia y equidad social. Poco después es sustituido por un enfoque que otorga prioridad a la competitividad y la apertura de mercados.

El MERCOSUR logra avances significativos en su primer lustro de vida en materia de liberalización automática y lineal, ya en 1995 cubre a gran parte de los bienes y servicios de la agrupación. Favorecidas por la intensificación de las transacciones entre Brasil y Argentina, las exportaciones intrazonales crecen a partir de 1990 a una tasa anual 3.86, representando el 20.5 por ciento de las exportaciones totales.

Creación de la unión aduanera.

El protocolo de Ouro Preto propuso priorizar la “consolidación” del AEC mediante una estructura arancelaria distributiva entre 0 y 20 por ciento a partir del primero de enero de 1995. Según el convenio, todavía hay una referencia para le definición de la nueva política aduanera de la agrupación, los aranceles nacionales deberían acercarse de manera anual hasta alcanzar en el 2001 un AEC pleno, en el caso de Argentina Brasil y Uruguay, y cinco años mas tarde en el de Paraguay. El programa compre4ndia listas de excepciones definidas en función del grado de desarrollo de los países miembros y tomaba en cuenta a los productos sensibles.

6. Ensayos de ampliación del mercado.

Comunidad Sudamérica de Naciones.

El área de libre comercio de Sudamérica fue propuesto por el MERCOSUR a los países de la CAN a finales de 1995. En adelante el proyecto estuvo sujeto a los vaivenes de la coyuntura sudamericana y aun triple proceso, bilateral, interesquema y basado en el desarrollo de infraestructura.

Elegibilidad estadounidense

Con anterioridad y en paralelo al proceso hemisférico, Estados Unidos plantea varias condiciones para la realización de acuerdos de libre comercio. Las principales listas de requisitos se incluyen en la sección 202 de H.R, incluye una serie de reformas que guardan similitud con las reformas estructurales de América Latina: eliminación de los subsidios a las exportaciones, reciprocidad en el acceso a los mercados, membrecía de la OM, disciplina fiscal; progreso en la protección de la propiedad intelectual; abolición de barreras al comercio de bienes y servicios; trato nacional a las inversiones extranjeras, a demás de tener una estrategia de inserción a la economía internacional convergente con los objetivos comerciales con Estados Unidos.

CAPÍTULO IV

OPERACIÓN DE LAS PREFERENCIAS Y COMERCIO ADMINISTRATIVO

7. Del bilateralismo al sistema radical: el caso de México

El desempeño y los objetivos del subregionalismo latinoamericano se han visto continuamente rebasados por coyunturas críticas que exigían mayor cautela o la reversibilidad de las concesiones grupales, y por nuevas interdependencias que, a su vez, tendrían a individualizar las agendas comerciales.

Evaluación del bilateralismo latinoamericano

Los primeros acuerdos bilaterales remotan a los primeros años de la Independencia, cuando las nuevas republicas hispanoamericanas concluyen tratados separados de amistad, comercio y navegación con el Reino Unido y con Estados Unidos.

Justificaciones teóricas

La justificación teórica de los acuerdos creados en los años de 1990 suelen enmarcarse dentro del regionalismo abierto, oficial en gran parte de América Latina desde la Cumbre Iberoamericana celebrada en junio de 1994.

El argumento no es del todo convincente por su dependencia analítica frente al arancel óptimo, exclusivismo que deja fuera prácticamente a todas las variables relevantes para la medición del afecto del regionalismo: costos decrecientes, aumento del consumo, mayor inversión, redacción de los costos de transporte, menor grado de protección posterior a la creación del acuerdo.

La primera conclusión a la que arriban estos estudios es de carácter clásico; los esquemas radicales son menos eficientes comparados con las agrupaciones plurilaterales.

La segunda conclusión establece una salvedad; los países periféricos como producto de su posición centrar en la administración de las preferencias.

La concentración en un mercado exportador .

El elevado crecimiento del comercio exterior mexicano se justifica la estrategia mexicana de inserción a la economía internacional a través de acuerdos de libre comercio, en particular TLCAN.

Sin embrago las causalidades que explican este auge todavía están sujetas a controversia, sobre todo porque no existe un método que permita disociar los tres determinantes del periodo: el proceso de reestructuración económica iniciado en los años 1980, la incidencia en el abaratamiento de la producción local que tuvo la crisis financiera de 1994-1995.

Costes administrativos

El documento que emite esa instancia confiere credibilidad al certificado de origen ante el país importador, pero no implica una cesión de obligaciones legales. El empresario es el único responsable de la veracidad del proceso de facturación. Para evitar circunstancias adversas, el requiere estar familiarizado al menos con los procedimientos aduaneros y los mecanismos de solución de controversias, además de las funciones de los comités especiales o de administración de requisitos y las oportunidades que proporcionan el acuerdo para flexibilizar la regla de su producto.

Las características de estos costes no permiten una cuantificación precisa. Un modelo sencillo permite acercarnos a la forma como se incrementa con la múltiple membrecía.

Para entender sus consecuencias prácticas apelemos a dos escenarios extremos dentro de una gradación de alternativas.

En el primero, el mercado externo tiene preferencia suficiente profunda como para asegurar la rentabilidad de la exportación y, en ese caso, la firma prosigue con la estrategia de diversificación.

En el segundo, la diversificación es encarecida por el coeficiente L, por el cual la firma buscara reducir el gasto mediante la exportación a un menor número de mercados.

8. Eliminación de las medidas antidumping en los acuerdos de integración

A diferencias de las reglas de origen, cuyo entramado técnico les confiere presunción de neutralidad, las medidas antidumping están sujetas a un proceso político-legal calificado frecuentemente de arbitrario. Como consecuencia, la literatura incluye a menudo recomendaciones para su forma o incluso su sustitución por otros instrumentos, sobre todo las políticas de competencia.

Marco de referencia

Desde la perspectiva latinoamericana, dos foros interconectados presentan interés para la reforma de las AD, las negociaciones del ALCA y la Ronda de Doha de la OMC.

El capítulo SADC del tercer Borrador de Tratado del ALCA prever una definición similar. Según el Art. 2: se considera que un producto es objeto de dumping, es decir, que se introduce en el mercado de otro país a un precio inferior a su valor normal, cuando su precio de exportación al exportarse de un país a otro sea menor que el precio comparable, en el curso de operaciones comerciales normales, de un producto similar al consumo en el país exportador.

Si se considera la influencia abrumadora de este país en la definición de los suelos negociadores, la presencia del Art. 19 en la versión final del tratado es menos que incierta.

Evolución de las medidas antidumping

La historia de las AD se remota a 1904, cuando Canadá adopta la primera legislación antidumping en el mundo con objeto de contener las importaciones de acero provenientes de Estados Unidos. El argumento es que este producto se vende a un precio inferior al real. El acta antidumping aprobada en Estados Unidos en 1916 apela a una definición similar de las AD: se declara ilegal la importación de bienes o la venta de productos importados a precios substancialmente menores al valor de transacción en los principales mercados del país productor.

Enfoque político-jurídico

El desarrollo de las AD como un principal regulador del comercio internacional reposa en una literatura político-jurídica que tiene por común denominador la igualdad entre discriminación de precios y práctica desleal. La sinonimia la aparición del dumping, en particular cuando la empresa beneficia de una posición monopólica en el mercado nacional; si existen diversas formas de subsidio y de una manera menos precisa, cuando se aplican técnicas proteccionistas que permiten a la empresa ejercer control sobre los precios nacionales.

El primer argumento es compartido por un amplio número de analistas, para quienes el reemplazo por políticas de competencia no es un objetivo inmediato, sino que interviene luego de la liberalización arancelaria y es factible establecer políticas de competencia en toda la región.

El segundo también beneficia de consenso, en la medida que se fundamenta en las limitaciones de los acuerdos de libre comercio en materia de compras gubernamentales y otros apoyos directos e indirectos a las empresas menos competitivas.

El argumento del desconocimiento de otros mercados presupone la existencia de una inclinación general de las empresas por el dumping, una conjetura carente de validación y que de ser cierta destruiría los fundamentos del comercio internacional. Igual reparo plantea hacer responsable a las firmas de las características de su mercado nacional.

Enfoque económico

La hipótesis económica del dumping se basa en la formalización de los principales datos del fenómeno de discriminación de precios. El modelo tradicional considera una relación de intercambio mercados segmentados, uno nacional (Mn) y el otro de exportación (Me). Se asume que las exportaciones de E son altamente sensibles al precio externo (Poe) y Mn y Me están suficientemente segmentados como para permitir un precio nacional (Pn) más elevado, es decir, el dumping. Siguiendo la lógica de maximización de beneficios, E buscara igualar el ingreso marginal en el Mn al coste marginal en cada mercado.

Costos directos e indirectos de las AD

Los costos de las AD pueden dividirse en dos categorías: directos (derechos AD) e indirectos (costos administrativos). Respecto a los primeros, cabe advertir que la falta de evidencia circunstanciada sobre los pagos erogados por cada empresa impide un análisis más profundo.

El rimero consiste en la modificación de los precios y del comportamiento productivo sobre la base de señales contradictorias.

El segundo es la búsqueda de acuerdos con las empresas denunciantes. En los hechos se trata de una reacción a la relativa facilidad con la que las empresas estadounidenses pueden solicitar el inicio de una investigación AD y al propio hecho de su duración.

Alternativas dentro de la normativa vigente

Aunque el reemplazo de las AD por políticas de competencia constituyes una alternativa optima, existen razones para pensar que en las actuales condiciones su implementación resulta prematura. La primera es el apoyo político del que beneficia las AD en Estados Unidos, l socio del cual se esperan las mayores concesiones en la materia.

La segunda tiene que ver con las dificultades de implementar un cambio de la magnitud propuesta por el Art. 19. En las regiones donde ha tenido lugar la substitución de AD por políticas de competencia, ha sido necesario un proceso de dilatos tiempos.

En ese sentido, es importante tener en cuenta las alternativas pro-competitivas dentro de la actual estructura jurídica de las AD.

Entre estas opciones, cabe descartar tres. La primera consiste en incrementar los criterios de existencia de daño.

La segunda postula elevar los requerimientos para la operación del concepto de rama de producción nacional. La tercera, por último, introduce el concepto de costos implícitos sobre cantidad acordada por las partes en función de un promedio demostrado y que se reste de los derechos que dicte la autoridad comercial.

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